y las horas pasaban lentas
como agua de rió golpeando las piedras
escuche tus gemidos
bajo la luz de la luna
y ala distancia los dos no unimos
te bese en la frente
después en el cuello
y entre minutos nocturnos
mis dedos recorrieron tu cuerpo
fuiste te entrgaste al morir el alba
y juntos cenamos pasiones eróticas
tu dejaste que mis labios besaran lo mas privado de tu cuerpo
mientras que tu dejabas en escrito
en un papel con tinta
la lujuria que nos unía
después nos amaneció con lluvia
el sol dormitaba
y tu te acurrucas entre las sabanas y almohada
recordando que merendamos besos de teléfono
como todas las noches de un calido verano
Hoy aqui sentado sin botellas ni cigarros
con un tintero comensado
escrbo en un papel viejo
los besos que nos damos
para que al caer el alba se combiertan como las luciernagas
flurecentes al pronunciarlas de tus labios.
Manuel Villeda
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